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"Cuando manda el caminoNo se si el mundo pero para empesar el Uruguay ,no estaria mal , quien sabe en una licencia, un par de bicis y algunas monedas.Por lo pronto esta nota salio en el diario La Nacion.Si se quiere...................

Un técnico electrónico suizo y un maestro sueco llegaron en bicicleta a Chos Malal, en el norte neuquino; se conocieron en Noruega, mientras recorrían Europa en bicicleta, se hicieron ami
gos y desde entonces pusieron su mirada en América
En tiempos vertiginosos donde el minuto vale oro -nada más-, y la comodidad es casi un mandato,
es difícil encontrar a dos viajeros despreocupados, sin más abrigo que el puesto ni más riqueza que el sol. Sin embargo, allí van Quijote y Sancho, con sus cabalgaduras mecánicas por la Ruta 40, pisando los dedos de la cordillera.
La localidad de Chos Malal, en el norte neuquino, los ve pasar cubierto
s de polvo. Vienen de muy lejos; Daniel nació en Suiza, pero creció en Sudáfrica, tiene 35 años y es técnico electrónico. Gabriel, su compañero, nació en Suecia hace 24 años y es maestro. Se conocieron en Noruega, mientras recorrían Europa en bicicleta, se hicieron amigos y desde entonces pusieron su mirada en América. Daniel partió desde Seward, Alaska, en mayo de 2005, Gabriel lo esperó en Ecuador y después continuaron juntos el periplo.
No es que no sepan de la existencia del automóvil, pero eligieron observar el mundo
sintiendo el frío y el calor en la cara. Mirar desde una cómoda butaca y a través de un vidrio no es para ellos. Por eso acampan donde los sorprende la noche.
Marchan expuestos a todo, se dejan llevar por el camino, como si fuera un r
ío torrencial que los arrastra. Otras veces, insospechado
s atajos se convierten en encrucijadas y hay que decidir para dónde se va. Allí, con la balanza del esfuerzo, se advierte el peso de la libertad.
"No gastamos mucho dinero, apenas en comida y en algunas cervezas", explica Gabriel entre risas, mientras busca la mirada cómplice de su compañero.
Después de tanto camino las alforjas de sus velocípedos están repletas de anécdotas. "Cuando estábamos ingresando a la Argentina por el Paso de Sico, en el límite de Chile con la provincia de Salta, sucedió algo muy gracioso: la oficina de ingreso estaba vacía, no había nadie para atendernos y aunque podíamos atravesar la frontera caminando, ne cesitábamos el sello estampado en nuestros pasaportes. Al rato hallamos a un grupo de gendarmes reunidos alrededor de una televisión, mirando con atención el partido del mundial entre Argentina y México. Al vernos llegar uno de ellos se levantó y selló apresurado nuestros documentos, sin revisar nuestros equipajes, y volvió a su sitio frente a la pantalla". El globo terráqueo tiene forma de pelota de fútbol.No es que no sepan de la existencia del automóvil, pero eligieron observar el mundo sintiendo el
frío y el calor en la cara
Veleros del viento. Como ellos, Antonio Pigafetta fue un antiguo explorador. Este italiano se embarcó a principios del siglo XVI en una travesía marinera junto a Magallanes, y como escribiente de la tripulación narró el "Primer Viaje Alrededor del Mundo". Allí anotó: "Hoy hemos puesto a las naves velas nue
Tal vez sin saberlo, esta yunta de andariegos lleva como estandarte la misma figura. Sus velas son dos banderas, la suiza y la sueca, que flamean en el mástil de sus bicicletas y que el viento infla. Y sus barcos navegan en un mar de tierra, con un pequeño lanchón de tiro, el trailer de rueditas.
Magallanes murió en una escaramuza con los indios y el cadáver no pudo ser recuperado por los suyos. Mejor suerte vienen corriendo estos viajeros, aunque no tanta, ya que en Argentina el viento se tornó un gran problema cuando tras una discusión se separaron por un tramo. "El terrible Zonda me sorprendió en San Juan con su calor", recuerda Gabriel, y completa: "Era medianoche cuando una gran tormenta de arena ingresó con remolinos en mi carpa. Estaba en serios problemas. Con dificultad puse la carpa en el trailer y me fui arrastrando en medio de la oscuridad, con la bici a cuestas, mientras las piedras me golpeaban y la arena me cegaba. Fue la peor tormenta que atravesé en mi vida, y aunque estaba en el medio de la nada, una hora después encontré un campamento de Vialidad. Creo que fue un milagro".
Tiempo después de la discusión se volvieron a encontrar en Mendoza, como si nada hubiera ocurr ido. Viajar es algo fatigoso y aunque sean sólo trece pinchaduras las que cuentan desde Alaska, la solidaridad y el buen humor son tan imprescindibles como el agua.
Pero no sólo dolores de cabeza les provocó el viento. Gracias a su empujón generoso Gabriel pudo lograr su record de velocidad: 92 kilómetros por hora. El aviador francés Saint-Exupéry, que comprendía el poder del viento, escribió alguna vez que "por la gracia del viento los veleros están libres, en el mar".
The road is never ending (el camino nunca termina). Daniel afirma que "los caminos de la Argent ina son asombrosos, e inmejorables para ciclistas, sobre todo la famosa Ruta 40, porque la gente es muy cálida, siempre está dispuesta a darte una mano. Además, en ella los paisajes cambian constantemente, no se trata de un camino llano. Tiene asfalto, arena, ripio, pueblitos muy agradables, profundos cañones, verdes valles, e insuperables paisajes de montaña", agrega entusiasmado. Vale aclarar que el que compara las montañas no es un caribeño asombrado de alturas blancas. "Esto es justamente lo que un ciclista quiere; un camino interesante, rico y con acción", asegura el suizo, y agrega, "un camino que nunca termina".Pero no sólo dolores de cabeza les provocó el viento. Gracias a su empujón generoso Gabriel pudo lograr su record de velocidad: 92 kilómetros por hora
A la hora de las recomendaciones Gabriel no duda. "De la provincia de Salta elegiría San Antonio de los Cobres y el Valle de Lerma; de La Rioja, la Cuesta de Miranda y, de Mendoza, el Cañón del Atuel". Daniel no es tan preciso como su compañero: "Creo que si tuviera que elegir señalaría el tramo de camino que va d e la provincia de Salta a San Juan, por la Ruta 40".
Atrás quedó una travesía por Europa que incluyó 18 países y más de 11 mil kilómetros. En América los vieron pasar quince países. Son pobladores del universo, ciudadanos del mundo. Su identidad se va arra
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